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Frío y esclerosis múltiple: ¿Cómo afecta a quienes padecen la enfermedad?

Para algunos pacientes con esclerosis múltiple el frío es sinónimo de empeoramiento de los síntomas, particularmente la espasticidad.

10 Oct 2019

Para algunos pacientes con esclerosis múltiple el frío es sinónimo de empeoramiento de los síntomas, particularmente la espasticidad. Suele recomendarse a quienes padecen esclerosis múltiple y tienen sensibilidad a la temperatura que eviten tanto el frío como el calor extremos.

En todo caso, cuando se trata de frío y esclerosis múltiple, no hace falta que la temperatura sea muy baja para notar sus efectos: una ligera brisa o ser sorprendido por la lluvia en un día de verano puede ser suficiente para empeorar. 

El efecto del frío en la esclerosis múltiple es temporal, y los síntomas suelen recuperar su intensidad normal cuando se recupera la temperatura.

La relación entre sensibilidad al frío y esclerosis múltiple no se ha estudiado tan bien como la sensibilidad al calor, a pesar de que ambos fenómenos son conocidos. Para acabar de complicar las cosas, algunas personas son tan sensibles al frío como al calor, y necesitan estar a una temperatura concreta para sentirse lo mejor posible. 

Qué síntomas empeoran con el frío

Los síntomas que empeoran dependen de cada persona, ya que la esclerosis múltiple es una enfermedad muy diferente en cada caso, y lo mismo sucede con los síntomas de esclerosis múltiple y el frío. Con todo, los más frecuentes son:

  • Diferentes tipos de dolor neuropático, incluyendo:
  • Alteraciones sensoriales, incluyendo:
    • Entumecimiento
    • Hormigueo
  • Dificultades para moverse por rigidez en los músculos (espasticidad) y espasmos
  • Fatiga
  • Depresión 

No se sabe con certeza por qué el frío y la esclerosis múltiple pueden estar relacionados. Una de las teorías al respecto es que a bajas temperaturas las señales nerviosas tardan más en desplazarse por los tejidos nerviosos que se han visto dañados por la enfermedad, lo cual podría hacer que los síntomas ganaran intensidad.

También se contempla la posibilidad de que exista una lesión en la parte del cerebro que regula la temperatura corporal, o en áreas que deberían responder a la temperatura exterior y cuyos mecanismos no funcionan adecuadamente, haciendo que la persona no pueda tolerar el frío.  

Qué hacer

  • Opte por múltiples prendas superpuestas, de modo que pueda quitárselas o ponérselas para encontrarse a la temperatura más adecuada, evitando que el frío y la esclerosis múltiple se combinen haciendo empeorar los síntomas.
  • Procure moverse con frecuencia si puede, para mejorar la circulación y reducir la rigidez muscular en el frío.
  • Procure mantenerse hidratado con bebidas calientes o sopas, sin alcohol.
  • Mantenga el ambiente caldeado cerrando bien las puertas de las estancias y las cortinas cuando vaya anocheciendo. 
  • Siéntese al sol cuando pueda. Incluso cuando hace frío, si se viste de forma adecuada la vitamina D se elevará. Los niveles bajos de vitamina D se asocian a síntomas más intensos, sobre todo fatiga, dolor muscular y debilidad.

Fuentes

  1. National MS Society. Heat & Temperature Sensitivity MS Trust. UK. Chilled out: cold sensitivity and MS