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¿Qué es el signo de L'Hermitte y como se relaciona con la esclerosis múltiple?

El signo de Lhermitte fue descrito por primera vez en 1917. Se describió como una “descarga eléctrica”, y se confirmó su relación con la esclerosis múltiple un año después.

19 Sep 2018

El signo de Lhermitte fue descrito por primera vez en 1917. Se describió como una “descarga eléctrica”, y se confirmó su relación con la esclerosis múltiple un año después. Es una sensación que se presenta cuando se mueve el cuello de cierta forma, o si se dobla de forma excesiva. La sensación puede transmitirse por la columna, los brazos, piernas e incluso el tronco en ocasiones.

Causas

Aunque no abundan los estudios sobre el signo de Lhermitte, los investigadores han conseguido determinar algunas de sus causas:

  • Desmielinización (daños en la capa que protege los tejidos nerviosos, por esclerosis múltiple o asociada a otras enfermedades)
  • Hiperexcitabilidad neuronal (reacción desproporcionada de las células nerviosas a estímulos)
  • Mielitis transversa (inflamación de uno de los dos lados de una parte de la médula espinal)
  • Enfermedad de Behçet (un síndrome inflamatorio)
  • Traumatismo

También se ha asociado con:

  • Artritis
  • Espondilosis cervical
  • Compresión de disco
  • Anemia perniciosa
  • Tumores

Hay casos en los que no es posible determinar su causa.

Las sensaciones que provoca el signo de Lhermitte se conocen también con el término “parestesias”, y pueden incluir:

  • Hormigueo
  • Vibraciones
  • Descargas eléctricas
  • Entumecimiento parcial
  • Dolores punzantes

Habitualmente, las sensaciones solo duran unos segundos.

Algunas veces el signo de Lhermitte recibe el nombre de “signo de la silla del barbero” porque evoca el momento en el que los barberos o peluqueros piden a sus clientes que bajen la cabeza para cortar el pelo de la parte trasera del cuello.

Dado que la médula espinal es una zona que puede verse afectada por la esclerosis múltiple, es un síntoma relativamente frecuente de esta enfermedad. Aproximadamente dos tercios de los pacientes con esclerosis múltiple experimentan el signo de Lhermitte en algún momento. No obstante, en un reciente estudio en el cual se incluyeron 694 pacientes con esclerosis múltiple, los investigadores observaron el síntoma en 16% de los casos.

En personas con esclerosis múltiple, el signo de Lhermitte es un indicador de que existen lesiones en la médula, concretamente a la altura del cuello.

Los movimientos del cuello hacen que los tejidos nerviosos que han experimentado algún daño envíen señales erróneas al cerebro. El cerebro puede interpretar esas señales como dolor, aunque no haya ningún motivo.

El signo de Lhermitte se considera un tipo de dolor asociado a daños en los tejidos nerviosos (dolor neuropático). Aunque es breve, puede ser muy intenso. En algunas personas, el dolor es acusado, mientras que en otros se manifiesta únicamente como una “sensación rara”. No es un síntoma peligroso en sí mismo.

También se considera uno de los síntomas “paroxísticos” de esclerosis múltiple: Se presenta de manera brusca y desaparece también súbitamente. Como sucede con muchos síntomas paroxísticos, el signo de Lhermitte puede presentarse y desaparecer a lo largo del curso de la enfermedad.

Dado que el signo de Lhermitte suele desencadenarse con ciertos movimientos del cuello, se recomienda evitarlos siempre que sea posible.

Como sucede con otros síntomas de esclerosis múltiple, otros posibles desencadenantes incluyen:

El signo de Lhermitte no suele tratarse, ya que el dolor es tan agudo y súbito que normalmente no dura lo suficiente para que los medicamentos analgésicos surtan su efecto. De todas formas, sí existen opciones terapéuticas para casos en los que pueda presentarse esa necesidad. Hable con su equipo médico sobre las mejores para usted.

Una opción no basada en medicamentos es el empleo de un collarín para limitar los movimientos del cuello, lo que puede contribuir a minimizar el riesgo de que se presente este síntoma.

Los fisioterapeutas también pueden ofrecer sugerencias para mejorar la postura en general, incluyendo técnicas para prevenir la aparición del signo. En cuanto a técnicas para aliviar el dolor cuando se presenta, ciertos tipos de respiración y estiramiento han probado capacidad para aliviarlo.