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Parestesia

 

La parestesia es una sensación de ardor u hormigueo en la piel que no tiene causa objetiva.

Estas sensaciones se presentan de forma súbita, suelen cursar sin dolor y los pacientes las describen frecuentemente como “cosquilleo” o “adormecimiento”, además de picor.

Casi todo el mundo ha experimentado parestesia temporal en algún momento de su vida: cuando se mantienen las piernas cruzadas durante demasiado tiempo o tras dormirse con un brazo en una posición forzada. La parestesia se presenta cuando se aplica presión de forma sostenida sobre un nervio, y lo normal es que desaparezca rápidamente una vez que desaparece esa presión.

La parestesia crónica –mantenida en el tiempo- es algunas veces síntoma de una enfermedad neurológica o bien de traumatismo que ha causado daño a algún nervio. Otras posibles causas son trastornos del sistema nervioso central:

  • Ictus
  • Isquemia transitoria (pequeños episodios de ictus con interrupción del riego sanguíneo)
  • Esclerosis múltiple
  • Mielitis transversa
  • Encefalitis

También la presencia de un tumor o una lesión en los vasos sanguíneos, que presionan el cerebro o la médula espinal, pueden causar parestesia.

Los síndromes por “atrapamiento” de fibras nerviosas, como el síndrome del túnel carpiano, pueden causar daños en los nervios periféricos y provocar parestesias acompañadas de dolor.

  • La parestesia es diferente en cada paciente.
  • Los síntomas de parestesia pueden presentarse durante un brote de esclerosis múltiple, pero también en periodos de remisión. Si los síntomas sensoriales son nuevos, empeoran sensiblemente, o se han mantenido durante más de 24 horas, es posible que esté sufriendo un brote.
  • Es habitual que la parestesia comience en las manos o los pies y se vaya desplazando por las extremidades hacia el tronco, aunque puede presentarse en cualquier parte del cuerpo.
  • Los síntomas tienden a hacerse más intensos durante la noche o con la exposición al calor.
  • El estrés puede ser desencadenante de los síntomas sensoriales de la esclerosis múltiple, como la parestesia.
  • No hay una relación entre las sensaciones típicas de la parestesia y la progresión de la enfermedad: experimentar molestias más intensas no necesariamente significa que el paciente esté empeorando.