¿Cómo es la vida con EM? Conoce a Francisco

Tenía solo 19 años cuando la esclerosis múltiple llegó a mi vida. Fue muy duro. Todavía estaba en primero de carrera y, de repente, me encontré con que el fútbol, las excursiones a la montaña y mi proyecto de vida se truncaban. Cambié el balón por la bicicleta y, con la ayuda de la que hoy es mi mujer, conseguí superar ese primer escalón.

Después vinieron más brotes, la medicación semanal, el malestar físico, el psicólogo… Me costó entender que hay que adaptarse a las circunstancias, que hay una vida más allá de la EM y que se puede vivir plenamente, pero con ciertas modificaciones. La película “100 metros” lo describe claramente: “puedes bailar con nuestra amiga la EM, pero ten cuidado para no pisaros cuando bailéis”. Y eso trato de hacer: bailar, pero con mucho cuidado. Esto no hace que desaparezcan las caídas, los días malos, la tristeza puntual, la frustración, pero pasa y la vida sigue. Si te caes en el camino hacia la meta, te levantas, te sacudes el polvo y continúas hasta tu objetivo final.

Siempre había sido muy deportista y comprobé que, a pesar de todo, podía continuar siéndolo, aunque de otra manera. ¿Por qué no? He aprendido que el límite inicialmente lo pone tu cabeza, nadie más. Ahora tengo una bicicleta adaptada, hago snorkel, natación, esquí adaptado.

He estudiado dos carreras universitarias, trabajé 18 años en empresas de seguros, tengo una familia con dos hijas preciosas, padres, hermanos y amigos que me apoyan y ayudan… ¡y todo esto con EM! La vida continúa, no hay que rendirse. Siempre hacia delante.

La ayuda, el apoyo y la comprensión de los que te rodean es fundamental. Gracias a ello, podemos continuar. Solo pienso en mañana, nada más lejos que eso. Día a día y paso a paso. Nos espera un mundo lleno de posibilidades, con limitaciones, pero solo hay que buscarlas y adaptarlas. ¡A por ello!

ES-NONNI-00474 12/2022