La vitamina D está implicada fundamentalmente en el metabolismo óseo y control de los niveles calcio-fósforo.
Pero además ejerce una gran variedad de otras acciones, entre las que se incluyen regulación del sistema inmunitario, funciones vasculares, actividad endocrina del páncreas, salud de la piel o muscular y el desarrollo cerebral. Por este motivo se la ha relacionado con diversas enfermedades, como enfermedades autoinmunes, problemas metabólicos como la diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cánceres1.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad inflamatoria que afecta al Sistema Nervioso Central, con predominio en mujeres (aproximadamente el 70%) jóvenes. Dos tercios de los diagnósticos de esclerosis Múltiple se realizan en mujeres en edad fértil. Tras el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple se producen, en muchas ocasiones, cambios en la toma de decisiones sobre el embarazo, la mayoría relacionadas con dudas de las pacientes sobre la evolución de la enfermedad y con las posibles complicaciones que se pueden derivar por el embarazo y el parto.
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica, de origen autoinmune, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central, que constituye la segunda causa de discapacidad en la población joven después de los accidentes de tráfico (traumatismos).
Los estudios epidemiológicos más recientes, indican que la prevalencia de la enfermedad ha aumentado en las últimas décadas tanto a nivel mundial como en nuestro país, principalmente a expensas de un mayor número de casos en mujeres con formas remitentes. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la EM afecta a más de 50.000 personas en España, de las cuales un 70% corresponden a personas entre 20 y 40 años.
Aunque el diagnóstico de la esclerosis múltiple se basa en los síntomas neurológicos y los hallazgos en resonancia magnética, los potenciales evocados pueden ser de utilidad en algunos pacientes.