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Las células blancas en la Esclerosis múltiple

22 Mar 2022

El sistema inmunológico tiene la función de protegernos frente a las infecciones. Sin embargo, a veces se equivoca y acaba atacando a nuestro propio organismo. Este ataque se denomina autoinmunidad y es la base de la enfermedad conocida como esclerosis múltiple (EM). Dividiremos la relación de los leucocitos y la EM en 3 secciones:

  1. Leucocitos. Tipos y función
  2. Relación de los leucocitos con la EM
  3. Leucocitos con los fármacos para el tratamiento de la EM

Los leucocitos forman parte del sistema inmune. Este se divide en 2 partes: sistema inmune innato y sistema inmune adaptativo.
El sistema inmune innato está formado por las barreras naturales como la piel y las mucosas y por células sanguíneas, principalmente los macrófagos (denominados microglia en el sistema nervioso central). Se encarga de la defensa inicial frente a los microorganismos y participa en la reparación de los tejidos dañados. Es un sistema inespecífico, ya que ataca a varios tipos de gérmenes reconociendo una serie de patrones comunes en ellos. 
El sistema inmune adaptativo está formado por los linfocitos. Tiene 2 características: 

  • Especificidad: cada linfocito reconoce y ataca a un solo microorganismo. 
  • Memoria inmunológica: si un linfocito ya ha atacado a su microorganismo específico lo recuerda. Es decir, si lo vuelve a encontrar lo atacará de forma más rápida y eficaz. La utilidad de las vacunas se basa en la memoria inmunológica: todas las vacunas ponen en contacto microorganismos no infectivos o parte de ellos con los linfocitos, estos los memorizan y así los atacan de manera más eficaz en una posterior infección real. 

La EM es una enfermedad autoinmune. Autoinmune significa que nuestros propios leucocitos atacan a nuestro organismo por error. En el caso de la EM este ataque se produce en la mielina y los axones del sistema nervioso central. Los axones son los cables que comunican las neuronas y la mielina es la envoltura que protege estos cables2.
Pero, ¿por qué nuestro sistema inmune se equivoca? Existen dos teorías principales:

  •  La primera es que un microorganismo externo, parecido a nuestra mielina, entra a nuestra sangre y se encuentra con los linfocitos.
  • La segunda teoría es que nuestra mielina se modifica por algún motivo y es reconocida por nuestros linfocitos como algo extraño.

Independientemente de la causa, nuestros linfocitos pasan de la sangre al sistema nervioso para atacar a la mielina como si fuera un microorganismo. Este ataque crea inflamación dentro del sistema nervioso lo que llama a más linfocitos de la sangre al sistema nervioso. Cada nueva entrada de linfocitos genera un nuevo ataque a la mielina. Estos ataques se manifiestan como brotes de la enfermedad. Si la inflamación es muy intensa puede dañar, además de la mielina, los axones, provocando brotes más graves y de peor recuperación.
Tras este daño a la mielina entra en juego nuestro sistema inmune innato (microglia). La microglia ayuda a reparar la mielina y los axones dañados, lo que llamamos remielinización (volver a crear mielina). Sin embargo, la remielinización crea mielina más débil y este proceso es menos eficaz en personas de mayor edad. El daño inflamatorio continuo y la remielinización menos eficaz provoca daño crónico de la mielina y los axones. Este daño continuo de los axones se manifiesta como fase progresiva de la enfermedad3.
 
Como hemos visto la EM se produce por un ataque de los linfocitos a la mielina y los axones. Por ello, todos los tratamientos de la EM aprobados actualmente actúan sobre los linfocitos, con el objetivo de evitar este ataque. Actualmente, los fármacos actúan sobre los linfocitos de 3 maneras:

  1. Alteran su función, provocando una reacción menos inflamatoria. Es el caso del interferón beta y el acetato de glatirámero.
  2. Impiden su entrada en el sistema nervioso bien por retener los linfocitos en los ganglios linfáticos (fingolimod, ozanimod, siponimod) o por evitar su paso desde la sangre al sistema nervioso central (natalizumab).
  3. Disminuyendo el número de linfocitos. Una reducción leve en el caso teriflunomida, moderada en caso de dimetilfumarato y cladribina e intensa en caso de rituximab, ocrelizumab, ofatumumab y alemtuzumab.

Un dato importante es que cada vez que entran linfocitos al sistema nervioso se produce más inflamación y más daño a la mielina y los axones. Por ello, un tratamiento eficaz y desde el inicio de la enfermedad, puede mejorar la evolución en el largo plazo
La consecuencia no deseada del tratamiento de la EM es que la alteración de la función y la disminución del número de linfocitos en sangre y sistema nervioso podría aumentar el riesgo de infección y una menor respuesta a las vacunas.
En un futuro no solo deberíamos evitar este ataque sino influir en la remielinización y la neuro-reparación, es decir reconstruir lo dañado. Esto puede conseguirse si enfocamos nuestros esfuerzos en comprender el funcionamiento del sistema inmune innato. 

Fuentes

  1. Janeway C, Travers P, Walport M, Shlomchik MJ. Inmunobiología: el sistema inmunitario en condiciones de salud y enfermedad. MASSON. Barcelona; 2003.
  2. Hauser SL, Goodwin DS. Multiple sclerosis and other demyelinating diseases. In: Fauci AS, Braunwald E, Kasper DL, Hauser SL, editors. Harrison’s Principles of Internal Medicine. 17th ed. II. New York: McGraw-Hill Medical; 2008. pp. 2611–2621.
  3. Hemmer B, Kerschensteiner M, Korn T. Role of the innate and adaptive immune responses in the course of multiple sclerosis. Lancet Neurol 2015;14(4):406–19.
  4. McGinley MP, Goldschmidt C, Rae-Grant AD. Diagnosis and treatment of multiple sclerosis: A review. JAMA Neurol 2021;325 (8):765-779.
  5. Ciotti JR, Valtcheva MV, Cross AH. Effects of MS disease-modifying therapies on responses to vaccinations: A review. Mult Scler Relat Disord 2020;45:102439.
  6. Cinniffe N, Coles A. Promoting remyelination in multiple sclerosis. J Neurol 2021;268(1):30-44.